viernes, 7 de febrero de 2014

LAS CUATRO ÁREAS DEL DISCIPULADO


 
“1 Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para que conozcáis cordura.
2 Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley.
3 Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre.
4 Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás.
5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;
6 No la dejes, y ella te guardará; Ámala, y te conservará.
7 Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
8 Engrandécela, y ella te engrandecerá; Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.
9 Adorno de gracia dará a tu cabeza; Corona de hermosura te entregará.
10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de vida.
11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar.
12 Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, Y si corrieres, no tropezarás.
13 Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida.
14 No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos.
15 Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa.
16 Porque no duermen ellos si no han hecho mal, Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos;
18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.
19 El camino de los impíos es como la oscuridad; No saben en qué tropiezan.
20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones.
21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón;
22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo.
23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios.
25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos.
27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.” (Proverbios 4:1-27)

 

 

N

osotros estamos formándonos como discípulos de Jesucristo; recibimos orientación de nuestros discipuladores; tenemos el permanente apoyo de ellos; somos alimentados con la Palabra de Dios y cuando tenemos cualquier dificultad podemos acudir a esa persona que nos ayuda. El Discipulado es una actividad que se desarrolla en cuatro áreas, a saber: a) Orientación Personal; b) Sanidad Interior; c) Enseñanza Bíblica; y d) Vida Devocional.  

La Orientación Personal permite al discípulo recibir respuesta a todas sus inquietudes con respecto a la vida práctica cristiana, como a ser guiado en cuanto a la praxis de la fe. En nuestro texto nos habla el padre: Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mi inteligencia inclina tu oído, / Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia.” (Proverbios 5:1,2). En otro lugar el sabio nos interpela: Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida.” (Proverbios 4:13). 

La Sanidad Interior da ocasión al discípulo para superar aquellos traumas, heridas, complejos y otras enfermedades del alma que, aunque ya fueron lavadas por la sangre de Cristo, aún viven en su conciencia como culpas y dolores. La Biblia nos enseña que Jesucristo no sólo es nuestro Salvador y Señor, sino también el Sanador:Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” (Isaías 53:5). Las palabras de los buenos padres, sobre todo del padre espiritual “…son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. / Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:22,23). 

La Enseñanza. El estudio de la Biblia permite edificar la mente con la Verdad y prepararse con esta “espada del Espíritu” (Efesios 6:17) para guerrear contra nuestro triple enemigo: la carne, el mundo y el diablo, porque Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, / a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16,17) El padre espiritual debe enseñar a sus discípulos “Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley.” (Proverbios 4:2). 

La Vida Devocional trae el mayor crecimiento a la fe del discípulo, es el medio por el cual éste va llenándose de la luz de Cristo, Luz del mundo: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.” (Proverbios 4:18). Como recomienda el Apóstol: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18) 

Todo esto es muy bueno, pero no debemos pensar sólo en términos de ser ayudados sino que muy pronto va a llegar el momento de ayudar a otros que también necesitan de Jesucristo. Debemos prepararnos para ser nosotros también discipuladores de otras vidas. El llamado y la consolidación de nuevos discípulos, se logra tanto por el esfuerzo individual del discipulador como por la tarea evangelizadora y formativa de la comunidad cristiana.
 
¿Siente usted el llamado a ser un discípulo de Jesucristo? Si es así, no dude en comunicarse con nosotros.
 
 

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